“El hombre se encuentra a sí mismo en la extraña y vergonzosa situación de ser un animal que es también un ser espiritual con autoconsciencia.
El está consciente que el aspecto espiritual de su naturaleza le da una dignidad que otros animales no poseen y el siente que debe mantener su dignidad.”
Arnold Toynbee
Choose Life: a Dialogue
Es posible que los animales no tengan autoconsciencia. Tal vez no sean seres con capacidad de razonamiento. Quizás los animales no humanos no han podido manipular el fuego ni utilizar la rueda.
Pero yo veo en ellos algo que a muchos humanos nos hace mucha falta.
Algo que no se como nombrar.
Algo que observo cuando miro a un pajarito hacer su nido con tanta persistencia, determinación, amor y tanto esfuerzo. Entiendo que más que pretender ser un arquitecto perfeccionista, él quiere el mejor hogar para sus crías.
También el pájaro macho se dedica a edificar el mejor nido que pueda para atraer a la hembra, quien, bastante quisquillosa y detallista, es la que decide si el nido se queda, si no lo hace cree adecuado lo hace caer de la rama.
¿Está siendo malvada? No, ella busca la casa más segura y fuerte para sus pichones.
Observen que primero hacen el nido y después, si este es adecuado, procrean sus hijos. ¡Ah! Y cuando nacen los pichoncitos, estos padres de familia (sin sindicato que los represente) buscan con afán el alimento para ellos todos los días.
Lo que tanta falta nos hace a los humanos es lo que les sobra a las águilas para conservar una sola pareja durante toda su vida.
No se qué cualidad es lo que hace a las lapas no reproducirse en cautiverio. Tal vez será la voluntad de conservar la dignidad de no traer al mundo a sus hijos para que no tengan que pasar por la pena de vivir como prisioneros.
No entiendo por qué es tan importante la libertad para los animales que las especies salvajes cuando la aprisionan se niegan a comer.
Pero entiendo tenemos mucho que aprender de los animales que, “sin consciencia propia”, hacen las cosas de la vida con un orden lógico, nobleza, honor, orgullo propio, autorrespeto y respeto hacia su descendencia.
Si los animales humanos actuáramos con la dignidad que tienen algunos animales no humanos estoy segura de que habría menos niños viviendo en pobreza extrema.
Si las rigurosas normas para adoptar un niño fueran las mismas para procrear otra fueran las cifras que hablan de la situación mudial.
El está consciente que el aspecto espiritual de su naturaleza le da una dignidad que otros animales no poseen y el siente que debe mantener su dignidad.”
Arnold Toynbee
Choose Life: a Dialogue
Es posible que los animales no tengan autoconsciencia. Tal vez no sean seres con capacidad de razonamiento. Quizás los animales no humanos no han podido manipular el fuego ni utilizar la rueda.
Pero yo veo en ellos algo que a muchos humanos nos hace mucha falta.
Algo que no se como nombrar.
Algo que observo cuando miro a un pajarito hacer su nido con tanta persistencia, determinación, amor y tanto esfuerzo. Entiendo que más que pretender ser un arquitecto perfeccionista, él quiere el mejor hogar para sus crías.
También el pájaro macho se dedica a edificar el mejor nido que pueda para atraer a la hembra, quien, bastante quisquillosa y detallista, es la que decide si el nido se queda, si no lo hace cree adecuado lo hace caer de la rama.
¿Está siendo malvada? No, ella busca la casa más segura y fuerte para sus pichones.
Observen que primero hacen el nido y después, si este es adecuado, procrean sus hijos. ¡Ah! Y cuando nacen los pichoncitos, estos padres de familia (sin sindicato que los represente) buscan con afán el alimento para ellos todos los días.
Lo que tanta falta nos hace a los humanos es lo que les sobra a las águilas para conservar una sola pareja durante toda su vida.
No se qué cualidad es lo que hace a las lapas no reproducirse en cautiverio. Tal vez será la voluntad de conservar la dignidad de no traer al mundo a sus hijos para que no tengan que pasar por la pena de vivir como prisioneros.
No entiendo por qué es tan importante la libertad para los animales que las especies salvajes cuando la aprisionan se niegan a comer.
Pero entiendo tenemos mucho que aprender de los animales que, “sin consciencia propia”, hacen las cosas de la vida con un orden lógico, nobleza, honor, orgullo propio, autorrespeto y respeto hacia su descendencia.
Si los animales humanos actuáramos con la dignidad que tienen algunos animales no humanos estoy segura de que habría menos niños viviendo en pobreza extrema.
Si las rigurosas normas para adoptar un niño fueran las mismas para procrear otra fueran las cifras que hablan de la situación mudial.
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