Meses atrás, necesitaba con urgencia dominar el programa de diseño gráfico InDesign. Busqué, como sabueso, un instituto. Encontré a SDQ Training en la Plaza Libre del Diario Libre. El costo del curso es de 7,500 pesos, y su duración es de dos meses.
Con ayuda de mi amigo Banco León fui a inscribirme. Pero, ¡oh, sorpresa! No aceptaban plásticos y el cupo era de siete personas. -_-
Con el rabo entre las piernas y decidida a aprender, se me ocurrió la idea de buscar un tutorial. Al cabo de unos cuantos videos, y cero pesos aprendí lo básico del programa. ¡Que vivan los tutoriales gratis! ¡Que viva el internet!
Con el auge de las Tecnologías de la Información (TIC’s), los servicios educativos pueden colocarse en un nuevo mercado: la red. Esto es posible gracias a las videoconferencias, los tutoriales vía Youtube, entre otras fabulosas herramientas.
Una de las causas de la pobreza de nuestro país es la falta de educación: educación básica y, sobre todo, educación técnica. Necesitamos, y esto lo dicen organismos internacionales y países con éxito comprobado, aumentar las competencias básicas y técnicas de nuestra gente.
Nuestra economía está fundamentada en servicios: telecomunicaciones, minería, zonas franca y turismo, y tenemos un sistema productivo en pie (agricultura, agropecuaria, artesanía).
Las instituciones educativas deben diversificar sus servicios para llenar las necesidades actuales de formación técnica.
Los canales de distribución tradicionales que tienen estas organizaciones es la educación presencial. Una distribución innovadora, y acorde a las nuevas necesidades, sería la educación semipresencial, online, o a distancia.
El objetivo de innovar y pensar en nuevas oportunidades de canales de distribución es colocar el producto o servicio, en este caso el servicio de educación, en lugares donde no este, lugares que tengan las características que ese servicio requiere para ser eficiente, rentable y viable.
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