Aquí estoy, rumbo a Cabarete con mi tío que ha escogido subir por San Francisco de Macorís para ir a ver a su padre. Desde que llegamos a esta ciudad el paisaje me ha abierto los ojos y me ha llenado el alma de paz. Se pierde mi mirada en los arrozales, verdes… llenos de esperanza. Cruzamos por el centro del pueblo para dirigirnos a la carretera que conduce a Tenares. Pasamos por el río El Jaya, que ya tiene más basura que agua. En el camino veo toda clase de cosas: dos niños haitianos vendiendo películas pirateadas, un bar abierto jueves a las 2 PM lleno de mujeres y hombres tomando alcohol (haciendo turno para ir al hotel de arriba), etc. Pero por lo que he decidido escribir no es para contarles de los muchos haitianos indocumentados que viven en nuestro país, ni del trabajo infantil y los peligros que enfrentan los niños en la calle, ni de la prostitución, ni del sida, ni del alcoholismo o las drogadicciones, ni de que no entiendo como es que la clase pobre bebe tanto y no utiliza s...
Menos etiquetas, más libertad.