Ernesto. Le llamaremos Ernesto, pero este bebé de solo dos días de nacido no tiene nombre. Su madre parió en el hospital municipal y ahí lo abandonó. Nadie se explica el porqué. Las enfermeras dicen que "nació criao", que las tiene enamoradas con su sonrisa y que hasta su llanto es angelical. A veces, damos por sentado el hecho de pertenecer a una familia, pues es una de las cosas que nos parecen más naturales. Pero ¿qué pasa con los niños y niñas que como Ernesto llegan al mundo y de inmediato se quedan sin ella? El derecho a la familia es uno de los más hermosos y de los que más bienestar ofrece a la vida del ser humano. En la familia es donde se recibe amor, cariño, alimentación, protección, cuidado de la salud, atención, formación, educación, valores, y todo lo necesario para la vida. Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados y desarrollarse en el seno de su familia de origen. Excepcionalmente, en los casos en que ello sea imposible...
Menos etiquetas, más libertad.